Hace 20 años, la Asamblea General de las Naciones Unidas, firmaba y ratificaba la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, que nuestro país ratificó el 28 de septiembre de 1990, en la ley nº 16.137.

En su artículo nº 17, el documento señala el reconocimiento que los Estados hacen de “la importante función que desempeñan los medios de comunicación”, y su compromiso de velar “porque el niño tenga acceso” a “la información y el material que tengan por finalidad promover su bienestar social, espiritual y moral y su salud física y mental”.

Desde hace tres años, Voz y Vos alienta un periodismo de calidad en la cobertura de los acontecimientos que involucran a niñas, niños y adolescentes; que los contemple en función de sus derechos; que los incluya, que los vuelva partícipes. El objetivo: colocar en la agenda pública los temas que atañen a la infancia y la adolescencia, para de esta manera incidir en las políticas públicas orientadas a garantizar su bienestar.

Para ello, desde Voz y Vos hemos intentado en este tiempo oficiar de insumo; ser la herramienta que apoye y ayude a los y las periodistas a la hora de abordar los temas relacionados con los menores de edad.

La tarea no ha sido sencilla, ni los resultados satisfactorios.

A días del lanzamiento del segundo monitoreo de los medios de prensa escrita con alcance nacional, correspondiente al año 2008, constatamos que un año sí, y el otro también, el análisis de la cobertura que realiza la prensa escrita sobre los temas que importan a la infancia y la adolescencia desnuda importantes carencias.

Por segundo año consecutivo observamos cómo la infancia y la adolescencia quedaron postergadas en la agenda mediática, y cómo, en consecuencia, la discusión real, genuina, de la situación presente y futura de los niños, niñas y adolescentes de nuestro país, quedó pendiente.

Tomando como premisa que un cabal ejercicio de los derechos humanos de niños, niñas y adolescentes no sería tal sin su propia participación (establecido en los arts. 12 y 13 de la Convención), fue que pusimos sobre la mesa esta cuestión, destacándola como el tema estratégico del Informe 2008. Los antecedentes lo exigían. De cada 100 notas sobre infancia y adolescencia publicadas en los medios de prensa durante 2007 y 2008, sólo 3 recogían sus opiniones.

¿Cuál es entonces el espacio que queremos darles a los niños, niñas y adolescentes, si ignoramos lo que tienen para decir? Si no sabemos qué piensan; ni cómo.

La campaña electoral, a la deriva entre acusaciones y polémicas, muchas veces alimentadas desde los propios medios de comunicación, ocupó, como era previsible, la mayor parte de la agenda de los medios de prensa, dejando escapar una valiosa oportunidad para discutir cuál es la infancia y la adolescencia que queremos para nuestro país.

Hoy, cada uno de los medios de prensa recordará que los niños, niñas y adolescentes tienen una Convención que los ampara. Que son sujetos de derecho, y que el Estado debe respetarlos y asegurar su aplicación.

Mañana volverán las segundas vueltas, las mayorías parlamentarias y  los repechajes.

La prensa tiene una deuda con la infancia y la adolescencia.

Desde VozyVos instamos a saldarla.

Con Egidio Crotti, representante de UNICEF en Uruguay

En entrevista con el semanario Brecha, el representante de UNICEF en Uruguay, Egidio Crotti, recordó que “la Convención es el más universal de los tratados”, y que está ratificada por todos los países, con la excepción de los Estados Unidos y Somalía. Agrega que “la infancia es un elemento de consenso”, ya que “no hay sociedades que digan ‘no me interesa’”, y que a partir de la Convención, “se rescató a la infancia de una especie de limbo que se identificaba con política caritativa y asistencialismo”. No obstante esto, Crotti recordó que en 1990 (año en que fue ratificada la Convención), morían 12 millones de niños y niñas menores de 5 años por año en todo el mundo, y “ahora estamos en 9 millones”, pero sabiendo que “entre el 60% y el 70% mueren por causas evitables”. “Veinte años de consenso mundial y a este hecho en cierto sentido lo consideramos normal”, se lamenta. Consultado acerca de que muchos de los países firmantes de la Convención vulneran constantemente los derechos de niños, niñas y adolescentes, el representante de UNICEF señala que se trata “de un debate de fondo”, y que si la organización tiene programas de cooperación con gobiernos “que además de ser antidemocráticos son atropelladores de los derechos”, se debe a que “allí hay gente, hay niños”, y por lo tanto “hay posibilidades”, y que cuando “UNICEF dialoga con un gobierno no lo hace desde el punto de vista ideológico”, sino que le recuerda que “ha ratificado un tratado que dice tal y cual cosa”. Respecto a nuestro país, Crotti señala su preocupación por el hecho de que “menos del 38% de los jóvenes termine secundaria”, y recuerda que el “rol de UNICEF es poner el tema sobre la mesa”, como “una manera de responsabilizar a los diferentes componentes de la sociedad”. En cuanto a la participación de niños, niñas y adolescentes, recuerda que “hay diferencias culturales que no podemos ocultar”, y que la “visión de que los niños y los adolescentes no tienen que opinar está incorporado” en nuestra cultura. En tanto, sobre el trabajo infantil, Crotti dijo que “la Convención no criminaliza el trabajo infantil”, pero es “muy clara” en que cualquier actividad que ponga en riesgo la salud de un niño o una niña, o repercuta de manera negativa sobre su educación, “es trabajo infantil”.

Según el informe “Estado Mundial de la Infancia” publicado este año por UNICEF, mil millones de niños, niñas y adolescentes en todo el mundo carecen de uno o más servicios esenciales para la supervivencia y el desarrollo; 101 millones de niños y niñas no va a la escuela, y 150 millones de niños, niñas y adolescentes entre 5 y 14 años, trabaja. 

(Brecha, Mariana Contreras, pág. 21; 20/11/2009)

Con Julio Bango, director de Infamilia

El director del programa Infamilia, del Ministerio de Desarrollo Social, destaca como una de las características salientes del fenómeno de la pobreza infantil en nuestro país, el alto porcentaje de pobreza infantil en relación a los índices de pobreza general, en especial en comparación con el resto de los países latinoamericanos. De todas maneras, el jerarca saludó la reducción de la pobreza en estos últimos cinco años (del 56% del 2004 se bajó al 38.5% actual), aunque insiste en que la mortalidad infantil debe bajar a un dígito (actualmente en nuestro país la tasa de mortalidad infantil es de 10.6 cada mil nacidos vivos, cifra que se encuentra por debajo del promedio regional). “Se ha logrado mejorar el control de salud de los niños cuando nacen en el Pereira, pero se debe captar a las mujeres embarazadas, porque ahí es donde fallan los controles”, aseguró.

Bango explicó que “en términos relativos”, la situación de la infancia y la adolescencia en nuestro país, está “en una situación mejor” que hace unos años, “pero hay que hacerse cargo de los próximos 20 años”.

(Brecha, Ana Artigas, pág. 22; 20/11/2009)