EL FAROL – INTERVENCION EN LA MESA TEMATICA DEL 29 JUNIO 2009
1 – Introducción
Este documento fue fruto de la elaboración colectiva realizada por el equipo de educadores y dirección de “El Farol”. La sistematización de este producto, emerge del trabajo de la comisión preparatoria de la jornada; de una reunión del equipo del proyecto, en donde en base a dinámicas propuestas por la coordinación de la actividad, problematizamos el trabajo que realizamos a través de los ejes “Rol del proyecto”, “Sujeto de la intervención”, “Metodología de abordaje”; y de esfuerzos varios de compañeros para poder darle forma a este documento.
El ejercicio de poder reunirse para pensar en la tarea, es para todo grupo un espacio fundamental en donde se integran teoría, práctica y lo empírico como insumo para la producción. Generalmente tenemos pocos espacios para poder pensar juntos, lo cual nos hace muchas veces quedar pegados a la práctica, cosa que nos dificulta el ejercicio de poder conceptualizar y visualizar que es lo que estamos haciendo desde una perspectiva compleja.
Creemos que es importante generar espacios de intercambio de producciones genuinas de los equipos, dado que lo vemos como un ejerció de ida y vuelta de las ideas, intercambio con otros, la posibilidad de abrirnos a escuchar cosas nuevas, entre otras cosas. Lo importante es de esto es no perder la posibilidad de abrirse ante otros a mostrar lo que hacemos y dales la posibilidad de construir juntos las mejores herramientas para seguir mejorando nuestros instrumentos de intervención para los adolescentes con los que trabajamos.
En este documento empezaremos por definir el “Rol del Proyecto”, dado que nos sirve para poder partir de un plano general de cómo nos pensamos y que a que apuntamos desde una perspectiva integradora de funciones. Pasaremos posteriormente a definir el “Sujeto de intervención”, ese otro al que le dedicamos gran parte del tiempo de nuestra tarea como educadores, los niños, niñas y adolescentes con los que en la cotidiana trabajamos hacia el mejoramiento de sus posibilidades de existencia. Después intentaremos dar cuenta de la “metodología de abordaje” que actualmente estamos utilizando para el trabajo con los NNA. Al final intentaremos exponer uno de nuestros procesos y lo explicaremos desde estos tres ejes para graficarlo en el plano de la experiencia, lo que significa nuestro trabajo y como repercute en los NNA.
Esta síntesis es una integración de los insumos de la jornada de trabajo, de aportes previos de compañeros que fueron pensados individualmente y prepararon documentos para la jornada, de nuestra evaluación 2008, planificación 2009 y diversos documentos de supervisiones pedagógicas entre otros. En este sentido, creemos que la historia también forma parte de esta perspectiva que hoy estamos produciendo, y es lo que queremos compartir con ustedes en el este momento.
2 – El Rol del Proyecto.
Para poder definir el rol de proyecto, partimos de la diferenciación de cuatro planos de sentido que nos ayudaran a crearlo desde una perspectiva compleja. Una de las cuestiones que problematizamos es que la tarea no se agota en el encuentro con nuestros educandos, sino que la misma abarca otras dimensiones en las cuales nosotros también somos protagonistas. Esto quiere decir que el rol del proyecto es más que la suma de los integrantes de este equipo, es parte de un sistema institucional que está atravesado por el INAU y la ONG Vida y Educación, eso a lo que se le llama co-gestión.
Desde este punto de vista, pasaremos a enunciar los cuatro planos desde donde pensamos el rol del proyecto:
A) Plano intervención – Campo de acción – Encuentro con los NNA
Este es el plano que está relacionado con el trabajo directo con los NNA usuarios de este proyecto. Sin dudas que tenemos diversas formad de abordaje según el caso particular de cada uno, cosa que lo vamos a trabajar mejor en el plano del sujeto de la intervención, pero aquí vamos a dar algunos lineamientos generales de lo que para nosotros significa el trabajo con ellos. En primer lugar podemos decir que promovemos el encuentro y el vínculo con los NNA para poder generar referencia con la pareja de educadores.
Nuestra tarea con ellos está significada por generar un espacio para co-problemaizar su situación actual en base a como el guirí la va llenando de sentido a partir de la historia que va creando en los sucesivos encuentros que vamos teniendo. Si bien es uno de los cometidos problematizar la situación de calle, tratamos de diferentes maneras que no sea el único eje, ya que quizás el hecho de que esté en calle es efecto de otro tipo de problemas que pueden pasar por situaciones de abuso y violencia, falta de recursos económicos en sus familias, que sus referentes familiares estén presos, abandono, u otras que él pueda compartir con nosotros. En el mejor de los casos, se va creando un proceso socio-educativo integral, con un soporte vincular que pasa por lo afectivo del cual el gurí pueda aferrarse para ir consiguiendo sus logros. Cuando decimos en el mejor de los casos, es porque no se llega a esto con todos, pero eso no es signo de que no se puede trabajar, sino que buscamos otro tipo de herramientas para poder abordarlos, siendo una de las principales el estar en calle y propiciar la mayor cantidad de encuentros posibles para que él sienta que estamos ahí.
Otro de los componentes importantes de nuestro trabajo es tratar de trabajar los contenidos que el contexto calle va delimitando, tanto los emergentes singulares como los situacionales. Esto viene en la línea de lo que decíamos anteriormente, dado que es ilusorio adaptar un modelo educativo único para todos los gurises, sino tratamos de visualizar y entender con el otro como a este le afecta el estar en calle, cuales son los emergentes que él nos trae y ahí es donde nosotros trabajamos los contenidos educativos que estén adecuados a esos emergentes, que pueden ser singulares o situacionales. Los singulares refieren a los emergentes que hacen a la historia del otro, en cuanto a las situaciones generales que nos traen y que podemos ir construyendo en el proceso a mediano o largo plazo. Los situacionales son aquellos que surgen en situaciones de crisis, los cuales los abordamos de marera que a corto plazo puedan tener una solución (el hambre, enfermedad, u otro hecho que a él lo pueda estar afectando en ese momento). Los emergentes singulares corresponden a un trabajo de co-gestión, en tanto hay una mutua dependencia entre el educador y el gurí para conseguir los logros propuestos; los emergentes situacionales refieren a una parte más vinculada a la asistencia propiamente dicha, cosa que no podemos negar que hacemos. En todas las oportunidades intentamos que ninguna de las dos se rigidizan, dado que hacen lo que definimos como un proceso socio-educativo integral, sino podemos caer en gestores asistencialistas o institucionalistas[1].
Uno de los efectos más importantes del trabajo que realizamos con los gurises, refiere a que ellos puedan hacerse participes de sus propios proyectos de vida. Esta tarea es mucho más complicada de lo que pensamos, ya que ellos para poder conseguir los logros que nos vamos trazando en el proceso socio-educativo integral, ellos tienen que entrar en escena con deseo y esfuerzo. De nada sirve que nosotros le facilitamos cualquier tipo de herramienta, sin que él se pueda hacer cargo de llevarla adelante. Los gurises que hoy están teniendo mayores logros en torno a la inserción en la educación formal, el acceso a becas laborales, la vuelta a sus familias, o la entrada a espacio para el tratamiento de su salud, es porque ellos toman conciencia que les son útiles para desarrollar sus proyectos de vida. Muchos otros gurises no desean acceder a espacios de socialización, quedando capturados en el eje Calle-Consumo, no pudiendo generar procesos consistentes con nosotros. Esto es uno de los problemas que nos afectan directamente, nos angustia que después de uno, dos o tres años no vemos logros reales de lo que nosotros nos vamos proponiendo y creemos que solamente es porque estamos fallando en la propuesta o porque el gurí no está en un tiempo de poder tomar conciencia de nuestra intencionalidad, y a donde pretendemos direccionarlo, o sea la restitución de sus derechos. Este es un tema sumamente complejo.
Otro de los componentes fundamentales que tiene nuestro rol con los gurises, es la de serles facilitadores de herramientas para la integración su integración a espacios de socialización. ¿Qué significa esto para los NNA en situación de calle extrema? Es muy difícil, ya la mayoría de ellos fueron expulsados, violentados, rechazados, entre otras coas, de muchos espacios de socialización, problema que incide en que estén en la calle. Por otro lado, a nosotros se nos hace muy difícil coordinar con muchos proyectos que no pueden hacerse cargo de la demanda que les llevamos para la atención de estos gurises. Este problema actualmente está siendo resuelto con el esfuerzo de la dirección y los actores de la “Red de atención y protección a Niños, Niñas y Adolescentes en situaciones de calle extrema”, la cual fue creada para generar espacios focalizados a los NNA de estas características y de la cual somos parte. Sobre este punto dos cosas a tener en cuenta: la primera es que los educadores no podemos facilitarle herramientas de inserción al espacio si el vínculo con él adolescente no lo facilita, y eso es algo que nos sucede mucho por muchas razones; la segunda es que muchas veces en cuanto surge el deseo del gurí de acceder a un espacio, la propuesta se ve limitada a los pocos espacios abiertos con los que contamos, y a algunos en los cuales hay una excesiva espera para concretarlos. Tenemos que aportar a transformar esta realidad y es un esfuerzo de todos, si nuestro objetivo está en que los gurises puedan tener un pasaje productivo por las instituciones y que no sea una mera calesita que los institucionalice demasiado y sea imposible seguir trabajando con ellos desde este dispositivo.
B) Plano del equipo de trabajo.
Para poder realizar la tarea en el campo de acción, es fundamental tener un organizado funcionamiento de equipo. Es importante ir desarrollando y afianzándose en los roles grupales que no refieren exclusivamente al de director, coordinador e instructor, sino a las potencialidades de las diferentes piezas de un equipo y cómo hacerlo más efectivo para ir tecnologizando las acciones. En este sentido, sabemos que el equipo tiene que coordinar y articular con instituciones, sistematizar información, llenar planillas, salir a calle, contactar gurises, muchas tareas que las tratamos de hacer todos, pero, como bien sabemos, no todos podemos hacer todo ni a todos nos sale todo bien. Para esto nos damos espacios de supervisión en donde podemos visualizar la potencialidad del grupo, nos vamos dividiendo tareas para poder sacar un producto como en el armado de este documento, y vamos realizando diferentes tareas tratando de aprovechar las potencialidades. Muchas veces esto se hace difícil por la estereotipia de algunos roles y de sus responsabilidades institucionales, pero a nivel de la interna de la dinámica de trabajo buscamos que todos podamos aportar en la producción, en las discusiones, en las decisiones, y en todo lo que podamos, mucha veces trayéndonos dolores de cabeza, y muchas otras gratificaciones.
Lo dicho en el párrafo anterior es algo que le pesa mucho a cualquier equipo de trabajo, por lo cual es necesario generar actividades, espacios, todo tipo de acciones posibles de cuidado del equipo. Los espacios de “veladas”, las evaluaciones y planificaciones en las cuales nos tomamos dos días y nos vamos a algún balneario a pensar y producir, las supervisiones, el boliche posterior a la reunión de equipo, y otras, son espacios en donde tratamos de generar insumos para no llegar a desgastarnos y frústranos con este trabajo. Igualmente creemos que falta mucho, sentimos que existen momentos en donde estamos sumamente saturados de cosas, no podemos parar para pensar, altas cargas horarias que exceden la realidad del propio contrato laboral, la nocturnidad en calle, con frio y lluvia, el multiempleo y el estudio en la mayoría de los compañeros, y muchas otras variables que generan problemas a la interna y en las individualidades. Con mucho esfuerzo tratamos de auto-regularnos, pero igualmente no todo es bello y es importante y vale la pena enunciarlo para que se tenga en cuenta también para mejorarlo.
C) Plano Institucional – RED – Políticas Sociales.
Hacia el final del año 2008 se oficializa el comienzo de la “Red de atención y protección a Niños, Niñas y Adolescentes en situaciones de calle extrema”, la cual emerge de muchos esfuerzos institucionales, de capitales extranjeros, pero por sobre todas las cosas, la tarea de pensar, diseñar y proponer los recursos necesarios para el armado de la red, tubo como actor fundamental al equipo de “El Farol”. Este es un claro ejemplo de cómo un equipo de trabajo está conectado con la dimensión institucional. Este proyecto ha participado y tiene que seguir estando en conexión con los encargados de llevar adelante las políticas sociales sobre la temática, Rol de Garantes de Derechos.
Este es uno de los puntos que no lo tenemos lo suficientemente desarrollado, aunque nos vamos a animar a enunciarlo. Ser garante de derechos significa darle acceso al NNA en situación de vulnerabilidad a sus derechos como sujeto. Esto es algo tremendamente difícil, sobre todo cuando tenemos por delante a un “sujeto” que tiene su historia, sus sentimientos, sus tiempos, sus problemas, y muchas veces está completamente descreído de cualquiera que intente acercársele para proponerle algo. Igualmente es parte de nuestra tarea cotidiana la de intentar proveerle a los gurises de elementos que les puedan ser útiles para mejorar sus institución en la medida de nuestras posibilidades y las de ellos. Los educadores solo somos garantes de derechos en el sentido de que la institución atiende el encargo social de atender a los NNA en calle, y a los pedidos concretos de los gurises por acceder a cosas básicas para su superviviencia, desde ir a su casa o un hogar de TC, servicios de salud, educación, trabajo, hasta un plato de comida y un baño. Sin dudas que son muchas cosas para tan pocas horas de trabajo y los recursos limitados que tenemos para poder propiciarle todo esto a la medida de las formas en que viene ese pedido. Esto último es importante porque el que uno de nuestros adolescentes quiera ir a un hogar no es tan fácil como parece por un complejo entramado de razones.
El derecho fundamental que sí debemos preservar para los guirses, es que si están atendidos por INAU ellos no pueden ser violentados en sus derechos dentro del sistema. Los gurises en situación de calle son una mínima porción de la enrome cantidad de NNA en situación de vulneración de derechos. La división tiempo parcial de INAU, está desarrollando todos sus esfuerzos por sostener un dispositivo de acción ante la atención de esta problemática, que va de gestionar al programa calle, a los centros de primera infancia, referencia familiar y clubes de niños, los cuales intentan aatender a la mayor cantidad de problemáticas posibles. Nosotros como proyecto somos puerta de entrada al sistema INAU a los gurises en situación de calle, pero debemos estar y establecer lazos más estrechos con la división TC para que esta pueda crear dispositivos de atención especifico y que ellos puedan tener espacios en donde poder vivir si ellos lo desean. Sabemos que sto esta previsto dentro de la Red, pero su demora nos está dificultando algunas cosas. Pero lo más conflictivo que se nos ha presentado históricamente es dialogar a nivel institucional con INTERJ, aunque sabemos bien que la situación de esta división es bien compleja. Igualmente parte de nuestro rol de garantes de derechos es el de realizar un seguimiento en caso de que uno de nuestros educandos pase por privación de libertad, buscando que su estadía no sea una tortura para sus cuerpos y así poder seguir sosteniendo un vínculo educativo con nosotros. Igualmente tenemos que seguir construyendo juntos este rol y es importante darle sentido porque es fundamental para los NNA que alguien se preocupe por esto.
3 – Sujeto de la intervención.
Al pensar en este punto, decidimos remitirnos al perfil de la población atendida. El tema de establecer perfiles es muy polémico, ya que en muchas oportunidades hemos tenido diálogos sobre si etiquetamos o estigmatizamos a los NNA en esta situación, tanto a la interna del equipo como en algunos casos a la externa. Este tema es una gran preocupación para nosotros, dado que repercute también en cómo nos vean a nosotros como proyecto y el nivel de articulación que se pueda tener con otros para conseguir recursos, en el sentido de que si vamos a determinado lugar a coordinar algo y decimos “somos extremos”, la contraparte ya va a codificarnos a partir de esa etiqueta y los recursos disminuyen, aunque no sea en todos los casos. También es dificultoso para nuestros gurises el ser “extremos”, ya que es una categoría que empieza a adquirir legitimidad a nivel público, cosa que subjetiva al colectivo social y les repercute directamente a los gurises.
Haciendo esta aclaración previa, que muestra una ínfima parte del nivel de problematicidad que implica definir un perfil, pasaremos a mostrar cómo fue que lo fuimos pensando. Partimos de la base de que establecer un perfil es objetivar al sujeto, pero que el sujeto en sí mismo es singular, único e irrepetible. A nivel institucional y de la definición de nuestro proyecto, objetivamos un perfil y los abstraemos para poder saber a qué gurises atendemos y a cuales no atendemos. Posteriormente pensamos en algunas características generales que son particulares de los NNA en situación de calle a los cuales llegamos, para definir que cuando se produce el encuentro aparece un sujeto que es más que una abstracción.
El primer y más importante criterio que define a un gurí atendible por nosotros es que esté en situación de calle, pero que duerma en ella, que organice su día a partir de ella, y que tenga un desarraigo parcial o total de su entorno familiar. A partir de estos criterios primarios empiezan a aparecer otra serie de variables que adquieren relevancia en las características de estos gurises: consumo de sustancias psico-activas (en la mayoría de los casos pasta base); deserción o expulsión del ámbito de la educación formal; abuso y violencia familiar y/o institucional; generaciones de familias en la franja de la pobreza o indigencia, extraterritorializadas de la relación contractual formal con el Estado; en algunos casos diagnosticados con trastornos de personalidad o psicopáticos; siendo estas variables de referencia, aunque no se repiten en todos los casos. Uno de los elementos a tener en cuenta y que es más general aún que los primarios, es que son NNA violentados en sus derechos, en situación de extrema vulnerabilidad, que no es lo mismo que decir que ellos son extremos.
Este ejercicio que hicimos de objetivar, abstraer un perfil y establecer variables es parte de la tradición científica positivista de las ciencias humanas del siglo XIX y XX, no muy distinta a la que establece las taxonomías de los padecimientos psiquiátricos, los perfiles criminalísticos, las investigaciones sociológicas de tribus urbanas, entre otras. Cuando se empezó a teorizar el paradigma de la complejidad, este introduce la noción de que no es posible pensar al objeto sin el sujeto y no pensar al sujeto sin el objeto. ¿Qué entendemos por sujeto? El Analista Institucional Gregorio Baremblitt dice que los institucionalistas contemporáneos piensan que no es posible establecer un sujeto de forma universal, en base a criterios de similitud o igualdad. Podemos si decir que existen sujetos únicos, singulares, socio-históricos, que se configuran a partir de la producción de subjetividad, siendo contrario a esto las sociedades que tienen a subjetivar las diversas formas ser de los grupos sociales, según los modelos hegemónicos de grupo o de clase de acuerdo al patrón de sentido que establece el orden instituido. Es por eso que son tan abaladas las investigaciones de las “tribus urbanas”, elemento sumamente mediático en donde aparecen categorías como los “Floogers”, “Emos”, “Planchas”, y así sucesivamente, que en cierta forma son formaciones instituyentes a las lógicas establecidas de los valores de la familia burguesa. El problema está en cual es el contenido ideológico, político, económico, siendo importante el hecho de quienes son los que representan un verdadero problema a la familia, a los estilos de vida y quienes son un peligro para el orden social. En este último tiempo los gurises de calle están siendo una categoría más de estas clasificaciones, aunque siguen estando muy emparentadas con los “Planchas”. Con este mini análisis, lo que queremos decir es que si nos ponemos a establecer categorías abstractas de los grupos, sin tener una conciencia singular del sujeto, no podríamos realizar intervenciones a medida de la problemática.
Cada uno de los NNA a los cuales atendemos, si bien comparten determinadas características básicas, en el proceso o vínculo que realicemos, se va construyendo con la pareja de educadores una historia diferente, que va a llevar a caminos imprevisibles, aunque previsibles en cuanto dispositivo de intervención, lo cual nos hace cuestionar constantemente en la posibilidad de ir innovando en dispositivos metodológicos cuando la situación lo amerite. Cuando pensamos en el sujeto de la intervención, estamos definiendo perfil, pero también estamos pensando en la singularidad de cada uno de ellos, de la nuestra, y del modelo que va a adquirir el diseño de un proyecto socio-educativo singularizado.
4 – Metodología de trabajo
Dentro de la metodología de trabajo encontramos cosas constantes y otras dinámicas. Las constantes refieren a que nos organizamos en 6 parejas de educadores (hombre, mujer), que trabajamos con 4 procesos cada una, siendo una relación 4 gurises por dos educadores, lo cual es ventajoso para poder trabajar de forma folcalizada. Tenemos una reunión de equipo semanal, en donde hacemos circular informaciones desde los diferentes ámbitos, y trabajamos temas centrales para la organización del equipo. A partir de la Planificación 2009, tenemos un espacio de co-visión rotativo por pareja, con una frecuencia aproximada de 1 vez cada 6 semanas, salvo casos urgentes; un plan de recorridas por la zona geo-refenrencial, en la cual dos parejas hacen una recorrida una vez por semana (dos recorridas semanales) sumado a la permanencia diaria de algunas parejas que adaptan su metodología a dedicarle gran parte de su jornada a la permanencia y contacto; una vez por semana una pareja hace una presentación de sus procesos al equipo, incluyéndole un núcleo problemático que represente un nudo metodológico, o un problema que atraviese a todos los procesos.
Otra línea de intervención son las instancias en las cuales los diferentes NNA trabajados por el proyecto se entrecruzan en actividades puntuales (ejemplo: paseo, encuentros programados, otras actividades.). A dichas experiencias grupales la llamamos CRUCE DE PROCESOS. Las mismas están pensadas y planificas en función del momento del proceso educativo vivido por el niño/adolescente. Es importante destacar que considerar diferentes momentos dentro de cada proceso, nos permite pensar al otro en relación a otros adolescentes, en diferentes o similares procesos. La finalidad del cruce de procesos tiende a posibilitar un espacio grupal “manejable” para la propuesta del proyecto y disfrutable para quienes participan del encuentro. Desde siempre, El Farol ha pensado lo grupal como espacio de tarea, por entender que es un derecho y una necesidad de los NNA trabajados.
Dichas instancias nos habilitan también, a contar con una mirada externa a la relación educativa, es decir, que otro compañero nos interpele y nos devuelva conceptos diferentes o no, ya que muchas veces la inmediatez y estreches de las relaciones con los sujetos de intervención no nos permite visualizar y problematizar. Además existen otras instancias para objetivar e intercambiar con otros compañeros, como lo son las reuniones de equipo, co-vision et La inmediatez y la inestabilidad, características de la modalidad vincular que algunos NNA manifiestan, nos obliga cada vez mas a generar estrategias creativas y pensar intervenciones y objetivos a corto plazo, sostenibles por los mismos; de esta forma pretendemos implementar una intervención intensa y personalizada, capaz de articular la integración de estos NNA en cruce de procesos y otros escenarios, como pueden ser sus familias, hogares de residencia, programas socioeducativos, sistema formal educación, sistema de atención en salud etc.
También tenemos un espacio de reflexión de nuestra metodología de trabajo que que se hace en la inmanencia, en el sentido que nos implican toda una red de cuestionamientos, reflexión, necesitando un grado de flexibilidad en el sentido de que nos sirven para poder ir cuestionándonos en cuanto a la tarea concreta con los gurises y sobre nuestro rol institucional. Partimos del vínculo con los gurises y el establecimiento de una historia común que singularice el sujeto de la intervención, para crear y desarrollar un Proyecto socio-educativo individualizado a la situación. Armamos lo que se llama el encuadre de trabajo, que va a ser común a todos en cuanto a las reglas del vínculo, aunque propio de la pareja de educadores en al creación y negociación de códigos de relacionamiento. Para que el vínculo y el proyecto socio-educativo puedan tener sus efectos, es importante la presencia, tanto en calle como en el lugar en el que el gurí esté. Esto va a depender de ese lugar, dado que la calle no tiene impedimentos en cuanto a un tercero que imponga sus condiciones, pero si el gurí esta en un hogar, en un proyecto comunitario, o en algún otro espacio, la negociación de nuestra presencia es acordada con el tercer en cuestión, ya que hay hogares que nos piden que estemos, hay otros que nos piden que estemos poco, hay proyectos comunitarios que nos dicen que no interfiéranos, u otros a los que les es importante la referencia para su desarrollo. Igualmente eso nos hace cuestionar constantemente sobre si debemos estar o no siempre y sobre el efecto omnipotente que a veces creemos generar sobre el adolescente. A su vez tenemos que ser muy cuidadosos en los tiempos del adolescente en cuanto al nivel de cuestionamiento sobre su situación, tratando en todo momento de ser habilitadores para que esto suceda, e ir provocando que el gurí se piense en cuanto a sus actos sin caer en el famoso “atomice”. Llegar a ese nivel no es tarea fácil y el no controlarlo nos puede traer muchos inconvenientes en cuanto al vínculo y el respeto por el encuadre.
Nos cuestionamos mucho si es nuestro modelo de trabajo puede llegar a tender a yuxtaponerse con la pareja parental, que a nivel imaginario del gurí puede llegar a ser facilitador como devastador, tema a re-pensarlo. Otro tema es el del marco institucional y los efectos en los roles que establecemos con los gurises. Discutimos muchos sobre lo que entendemos por Ética, sabiendo que es una definición que tiene una larga historia en el pensamiento filosófico. Acá podemos pensarla como las acciones que generan un compromiso con el otro y que afectan al vínculo. Lo diferenciamos de la Moral que es el sistema de valores que sostenemos y que el otro sostiene, que muchas veces son distintos y provocan choques. La Moral es uno de esos efectos que puede llegar a configurar el vínculo, en cuanto al tema de construirlos juntos con ellos, o transmitirlos e imponerlos en base a los valores sociales instituidos, todas las configuraciones posibles que van a tener efectos distintos en el otro. Ejemplificando, podemos poner gráficamente a los Testigos de Jehová que transmiten los valores cristianos, la Policía que defiende los valores y las leyes ciudadanas, diversas formas de imponer las normas o transmitir los valores y las “buenas costumbres”, que a veces nos interpelan si nosotros no estamos haciendo lo mismo desde la perspectiva de la educación. Pensarlo al otro como un sujeto capaz de elegir, de concientizarse, de valorarse a sí mismo, y nosotros reconociendo esos valores, nos hace diferenciarnos de esos modelos de transmisión, pensando a la educación como una herramienta de transformación subjetiva y no como algo a depositar en la conciencia. Igualmente es algo que nos cuestionamos siempre…
Para poder hacer este trabajo no debemos solo tener una actitud de trabajador, sino que debemos tener una vocación solidaria y de querer ayudar al otro. No es lo mismo fabricar un televisor que trabajar con NNA en situación de calle, dado que necesitamos una serie de herramientas disciplinarias, pero también humanitarias, afectivas y de compromiso con el otro. Esto en potencia es una dificultad, ya que con el otro estamos en contante tensión en los que afectos se refiere, tratando de ejercer como herramienta metodología la distancia optima para la intervención, algo que es difícil de lograr y que está en contante revisión individual en nosotros, tanto para no ilusionar al otro, no confundir roles y no confundirse uno.
Por último, uno de los detalles fundamentales que es parte de ese dinamismo metodológico, es que no vemos a los güirises como casos, sino como seres en situación, que modifican sus conductas y sus afectos dependiendo del contexto de situación al cual este expuesto. Eso hace que un encuentro sea muy diferente del otro por más que pase uno o dos días. Es importante ir siempre preparado para lo imprevisible y estos ordenados para no descompensarnos y actuar de la mejor manera posible. Este es otro problema, ya que nosotros no somos maquinas automáticas, sino seres en situación con nuestros problemas íntimos y privados, tanto fuera como dentro del ámbito laboral, llevándonos a pensar que ese grado de sensibilidad es tan lábil, que el proyecto que supuestamente atiende a “situaciones de calle extrema”, nos lleva a que nuestro trabajo sea extremo y a veces caer en la lógica de la inmediatez de los gurisas. Este no es un tema menor, dado que las herramientas metodologías y nuestra instrumentación para la tarea, así como nuestras dificultosas condiciones de trabajo, por más flexibles que sean, nos llevan a caminar en esa delgada línea de convertir al trabajo en extremo. Y esas son de las cosas más delicadas, ya que por un lado afecta directamente al trabajo y el vínculo con los gurises, nos dificulta en nuestra vida íntima y privada, y muchas de las cosas que enumeramos en el plano del equipo cuando hablamos de rol. Sin caer en un reclamo, queremos hacer visible la importancia de cuidar al los equipos que trabajan en estas condiciones, de mejorar sus condiciones de trabajo, dado que esto es fundamental para no afectar la propia metodología de trabajo.
El Farol cree en que hay otras posibilidades para esos NNA en situación de extrema vulneración de sus derechos, y además en calle. Trabajar con ellos es difícil, desgastante, y muchas veces frustrante, pero cuando vemos resultados, nos llena de alegría, y nos hace creer que lo que hacemos vale la pena para ellos. Somos un equipo en constante cambio, renovación, y con oídos para escuchar otras opiniones que nos nutran hacia la ampliación de nuestro horizonte de sentido en cuanto a la práctica.
Viñeta Final
Empezamos a trabajar con Bruno y desde el principio nuestra estrategia (un poco pensada, un poco improvisada y un poco actuada), partió desde la inclusión de varios actores en este proceso de sostén y acompañamiento.
Entra Posada de Belén como hogar para Bruno posibilitando un espacio desde donde poder ir reflexionando y organizando algo del devenir cotidiano, algo de las rutinas, del retomar hábitos desde los más básicos de higiene hasta los mas complejos como el sostén de un espacio de convivencia con otros, normas y limites.
Empezamos a trabajar con su familia, su mama y su hermano desde el principio, una mama que reclama apoyo, que se coloca a veces en un lugar muy parecido al de Bruno, desde donde el encuadre constante se vuelve necesario.
Una mama que dice no poder con su hijo que no puede encargarse de él, pero desde otro lado le pide a el que la cuide que la ayude a salir adelante, que sea su sostén afectivo y hasta por momentos económico. De todas maneras una mama presente, entre idas y vueltas, sabotajes al trabajo, pero presente, y apostando a salir adelante con su dos hijos.
Y nosotros, el Farol, los educadores, sosteniendo a Bruno como vamos pudiendo, intentando con creatividad y esfuerzo estrategias de trabajo en lo familiar, y a su vez acompañando un proceso de cambio y re estructuración dentro del hogar que nos hace mantener una presencia fuerte y re pensar constantemente nuestras exigencias al espacio de convivencia.
Acordamos con el hogar que Bruno tenga una entrevista en Adicciones de INAU para ver la posibilidad de comenzar un tratamiento en relación al consumo y definir así cual es la mejor estrategia de trabajo con él, hipótesis: tratamiento diurno y continuidad en posada, o un tratamiento con interacción por ejemplo en San José. Con anticipación encuadramos con Bruno y con el hogar la ida a Div Salud a la entrevista con al Psicóloga, lo reforzamos el día anterior en un encuentro con Bruno. Quedamos en encontrarnos en Posada de Belén con Bruno a las 3, llamamos y se había ido porque empezaba boxeo knock out a las drogas en V y E. No va a ir a adicciones. (Seguro el boxeo como estrategia era más divertido que la psiquiatra)
Bruno no parece poder hacerse cargo de lo que le pasa, y se lo deja a los/ otros a nos/ otros. Todavía no parece darse un clic, una apropiación de lo que le pasa y de lo que quiere, vive su vida como un niño de 13 años que cumplió 17 a la fuerza, y acá entramos en el deseo, en el miedo a lo nuevo, a crecer a la responsabilidad al encare a las frustraciones y la necesidad de regresarse desde el sabotaje a lo seguro a lo construido hasta el momento…
El nos decía: “Encaro esto por mi madre, por ustedes, acá no quieren que me valla, por eso me quedo…” elementos con los que se estructura y manipula, pero como cuesta que se piense a él en un futuro, (cerquita) que se reencuentre con sus ganas que pueda ir esbozando proyectos…
Después estuvimos con la mama, ¨ …díganme que hacer, que pasos tengo que dar, a donde voy, mañana voy a averiguar por el tratamiento (por consumo) y les mando un mensajito a ver cómo me fue…ahora no puedo meter más excusas… ahora que vinieron ustedes… sino me quedo con remordimiento …¨ que fino el hilo entre el apoyo y la autoridad …
Habilitar procesos de autonomía desde ahí pensamos nuestra función y para ahí intentamos ir… como varias veces lo conversamos con Bruno, podemos acompañarte pero en definitiva todo tiene que ver con las propias habilitaciones que vos te puedas ir dando, de todos modos eso se va construyendo…
[1] Asistencialistas en el sentido de caer en solo alimentar y llevar al médico a los gurises. Institucionalistas si solo lo intentamos institucionalizar y pretendemos que los alimentos y las idas al médico se las gestione el mismo.